Mil palmas, mil gracias, Sr. Embajador.

Ustedes no lo saben. El Perú no lo sabe. Pero hay muchas personas que se fajan por la patria y cuyos nombres jamás recordaremos. Ustedes han oído hablar de Mayimbu, pero pocos de ustedes han oído hablar de mi padre. Y no lo digo porque sea mi padre, lo digo porque él, como muchos peruanos, ha trabajado por el Perú con coraje, honor, honestidad y lealtad, empujado solamente por un sueño que me supo impartir desde niño: la entrega sin reparos por el Perú. Sin embargo, la sin razón hace que la estupidez humana sea alabada, y las buenas obras se queden en las sombras. Pero no sería justo que termine así, no es justo que la devoción por causas superiores no sea celebrada, más aún en una actualidad que se evidencia como necesitada de personas comprometidas ante la apatía endémica que consume a las sociedades del mundo. 

Guillermo Gonzales Arica, Willy para sus más allegados, Sr. Embajador en estos últimos 3 años para el mundo entero, y Papá para mí, es un hombre particularmente apasionado por el Perú. Cuando cumplí 10 años recuerdo que me regalo la séptima edición de la Historia de la República del Perú de Jorge Basadre, en ese momento quizá no entendía el porque de su regalo, pero los años me develaron el porque de sus ojos abrillantados cuando me daba el obsequio, mi padre me estaba regalando conocimientos, y el conocimiento es la forma primigenia del poder. Él siempre fue así, me inculcó disciplina desde pequeño, y me enseñaba que si bien podías tener talento, sin un orden para trabajar difícilmente podrías concretar tus metas. Y créanme cuando les digo que si algo sabe este hombre, es trabajar. Nuevamente, no lo digo porque sea mi padre, porque créanme que si no fuera cierto todo lo que haré de su conocimiento, no me tomaría el tiempo de escribirlo, solo iría y lo saludaría pero lo hago porque vale la pena. 

A la gente le encanta hablar de lo que certeramente desconoce. Cuando en el año 2013 mi padre asumió como Embajador de la Republica del Perú en Honduras, muchos lo criticaron por no tener una carrera diplomática, y calificaron su puesto como político, hasta llegar al desagradable punto de hablar de repartición de puestos, en donde se lo ponía como embajador no por sus méritos sino por las buenas relaciones que tenía. El día de hoy, 19 de junio del 2016, todas aquellas personas solo deberían abrir la boca para decir dos palabras: Gracias y perdón. Guillermo Gonzales Arica ha sido, porque dejo el cargo hace unos meses, el mejor embajador que el Perú haya podido tener en esta última década, los números, logros y éxitos de su gestión así lo ratifican. 

No será novedad para ustedes saber que, en las embajadas de países pequeños, y que aparentemente no son de gran relevancia dentro de nuestro relacionamiento internacional, los embajadores no suelen romper los esquemas. Su labor muchas veces termina siendo un saludo a la bandera, y eso lo sabemos todos. ¿Qué podía lograrse en Honduras? Esa es la pregunta que muchos se realizaron en su momento. Estamos hablando de uno de los países más pobres y peligrosos del mundo. Estamos hablando de un país que es minimizado muchas veces por la comunidad internacional, sin embargo, llegó un país hermano, llegó el Perú encarnado en su representante, el Sr. Embajador Gonzales Arica, y les tendió la mano, les hizo saber que Honduras era grande, y que el Perú estaba interesado en tender puentes para cooperar en busca de un crecimiento mutuo. No pretendo ser poético ni romántico, es eso lo que hizo mi padre tal cual. Llego a un país con problemas críticos, tanto sociales, como políticos y económicos, y su posición fue clara: yo no llego a cobrar un cheque y a hacer turismo, yo vengo a trabajar, vengo hacer patria, vengo a levantar el nombre del Perú en tierras lejanas y vengo a demostrar que cuando hay voluntad para trabajar, se puede hacer fértil y cultivar en la tierra que muchos llaman muerta. 

Cuando mi padre arribó a Honduras, a inicios del año 2013, se encontró con una realidad complicada, y con esto no me refiero a los problemas hondureños, sino al letargo y la inacción de la embajada peruana en el país mencionado. Cuando el Sr. Embajador le comunico a sus funcionarios que deseaba visitar alguna plaza Perú para honrar la bandera peruana, le notificaron que no existía plaza Perú alguna en Honduras. Cuando el Sr. Embajador quiso comprar una serie de productos peruanos, le respondieron que tendría que ir a consumirlos a un restaurante porque no se comercializaban. Cuando el Sr. Embajador pregunto cuántos festivales gastronómicos había organizado la embajada, le respondieron que habíamos participado de uno, pero hecho uno nosotros, ninguno. A los funcionarios de primer nivel de esa embajada, muchos de los cuales tuvo el placer de conocer cuando viaje a Honduras, les había faltado durante mucho tiempo una cabeza que los empujara hacia ese siguiente paso, un líder que los motivará a explotar sus potencialidades, y eso es lo que hizo el Sr. Embajador. 

A la fecha del de día de hoy, se han inaugurado 15 plazas Perú en 15 regiones de las 18 que tiene Honduras. En cada una de ellas flamea una bandera del Perú y reluce el busto de nuestro solemne héroe de la patria, Miguel Grau Seminario. A la fecha del día de hoy, por medio de la creación del Consejo Empresarial Honduras - Perú se ha podido aumentar el crecimiento de las relaciones comerciales, duplicándose el porcentaje de exportaciones en comparación a cuatro años atrás. La balanza comercial entre Perú y Honduras se ha triplicado y en mayo del año pasado finalmente se logró firmar el TLC con Honduras, y teniendo en cuenta que el TLC aún no entra en funcionamiento, el alza en la cantidad de productos exportados, y el dinero que eso está generando, dinero que produce trabajo para más peruanos, es francamente impresionante. A la fecha se han realizado más de 41 festivales gastronómicos alrededor de todo el territorio hondureño. A la fecha se han realizado más de 50 talleres de capacitación gastronómica a 1.301 hondureños, que han sido entrenados en las artes y las técnicas de la culinaria peruana, en 17 de los 18 departamentos de Honduras. 

Franco, a la firme, ¿Tú viejo hizo todo eso en 3 años? Todo eso y más. Y es que la matriz de todo su trabajo y el éxito de su gestión se debe a una idea que él desarrolló y concretizo de la forma más perfecta: la diplomacia gastronómica con cooperación. La diplomacia gastronómica con cooperación es una herramienta innovadora de política exterior que implica, además de la utilización de la gastronomía de un país para promover su cultura y el comercio en otro país, elabora un tipo de cooperación directa que tiene un impacto en los ciudadanos. ¿Cómo así? Porque no es solo ver a la gastronomía como el buen comer, sino entender a la gastronomía como una cadena de valor económico. Entonces estamos hablando de toda una cadena de valor económico que empieza en los campos, con los agricultores que producen los ingredientes, y se consolida en la Marca País. Esto significa que si se promueven los ingredientes nacionales de un país en el extranjero, con esta nueva herramienta, estamos dando una oportunidad para que los agricultores aumenten significativamente sus ingresos. Fruto de esta idea, el Sr. Embajador ha escrito a la fecha cuatro libros, tres de los cuales han sido reconocidos internacionalmente y han ganado diversos premios, incluyendo los Gourmand awards que son como los Oscars de los libros de gastronomía. El primer libro, Perú, Honduras, La Mesa Nuestra,Cocina Fusión y Diplomacia Gastronómica ganó el Gourmand en la categoría de "embajadas" obteniendo también el premio a "The best of the best", en español: lo mejor de lo mejor de los premios Gourmand en los últimos 20 años. De igual forma, hace pocas semanas, el libro "La Mesa Nuestra, Cocina Fusión: Copan y los Andes", que recopila 54 recetas de cocina fusion entre las gastronomías regionales de Copan (Honduras) y los Andes (Perú) logró obtener el primer lugar en la categoría "Innovaciones" de los Premios Gourmand 2016. Y hay más, mucho más reconocimientos a través de todo el mundo, pero demoraría 20 artículos mas contándoles todo lo que se ha logrado. Díganme ustedes, ¿Como no estar orgulloso? Como no celebrar en el día del padre y de manera publica, a un hombre que sin tener amplios recursos ha logrado llevar el nombre del Perú a lo mas alto, únicamente con sacrificio, entrega y dedicación. 

Hace cuatro meses que, debido al acalorado contexto político, me sentí en la obligación de hacer una declaración pública en contra de lo que la esposa de mi padre, mi tía Anel, estaba haciendo como política. A pesar de que mis convicciones, mi posición sobre la campaña electoral y mi crítica a la forma de hacer política de Cesar Acuña y APP sigue siendo la misma, debo reconocer con hidalguía y humildad que en mi cándida euforia juvenil no supe medir las consecuencias que esto le traería a mi padre, quien jamás cometió error alguno, ni apoyó al señor de la "plata como cancha". Sin embargo, mi accionar lo llegó a lesionar, y por eso hoy le pido perdón, porque hubieron cosas que pude haber omitido en dicho artículo para no afectarlo a él, ya que en verdad no lo merecía. Tanto él como Anel saben cuánto amor hay en mi corazón hacia ellos, y muy a pesar de las diferencias que pueda seguir manteniendo con Anel en el plano político,no le puedo reprochar nada como mujer ni como esposa, porque ha sabido ser una maravillosa compañera, apoyando y cuidando siempre del hombre que me dio la vida. Más allá de las diferencias, lo que más añoro ahora es poder darle un abrazo a aquel hombre que me ha enseñado tanto. Un hombre que con su vida me demuestra que se puede ser exitoso sin terminar lavando activos y siendo procesado por enriquecimiento ilícito. Un hombre que me demostró que lugar en el que la vida lo pone, será lugar donde él decida innovar, crear, construir y lograr algo grande. Un hombre que me enseñó el valor que tiene nuestro país, a pesar de sus múltiples deficiencias. Decirle, ¡Oye viejo estoy orgulloso de ti! ¡No solo como hijo, sino como ciudadano de este país! Pronto muy pronto, así como cuando di mis primeros pasos, ahí estará él, acompañándome, ahí estaremos unidos nuevamente por la causa más noble de todas y la que más enciende nuestros corazones: hacer del Perú, en base a mucho esfuerzo, una gran nación.